Exterogestación
¡Qué palabra tan rara! ¿Habéis oído hablar de este término antes? Hay un resumen perfecto para entender a qué se refiere, son “los segundos nueve meses”.
Durante los aproximadamente 9 meses que dura el embarazo el bebé se desarrolla dentro del útero materno, y los 9 siguientes son cruciales para completar el proceso.
De forma muy esquemática, los seres humanos al nacer presentamos lo que se denomina “dilema obstétrico”, el desarrollo completo de nuestro cerebro, requeriría un tamaño de cráneo muy grande, que no pasaría por el canal de parto, ¡nacemos con solo un 25% de desarrollo cerebral! Así que nuestro cerebro seguirá formándose a pleno rendimiento durante, sobretodo, los 9 meses posteriores al parto, aproximadamente hasta que se inicia el gateo.
Viéndolo de esta manera dirás, ¿nacemos en desventaja frente a otros mamíferos que nacen completamente formados? Mi respuesta es No.
Gracias al porteo, en la exterogestación vamos a ayudar al bebé a adquirir capacidades como la del habla (que únicamente se consigue por imitación) desde un lugar privilegiado, los brazos de mamá (o papá), asegurándonos de que recibe los estímulos necesarios desde una posición que le dota de una maravillosa seguridad lo que se traducirá más adelante en una mejor autoestima y confianza en sí mismo, ¿a qué visto así suena mejor?.
Recordad siempre que para el bebé nuestro amor y cariño es tan necesario como su alimentación y su descanso. Es la llamada nutrición emocional, y que se compone, además del porteo de:
- Masajes
- Colecho
- Lactancia materna
- Piel con piel
Pero… ¿Cómo puedo portear de forma segura?
Hay una palabra que deberás comprender y respetar para poder llevar a cabo un porteo óptimo es la ERGONOMÍA.
Porteo ergonómico
Lo podemos definir como la forma de transportar al bebé de forma segura y respetando en cada fase de su crecimiento su fisionomía, su fisiología y también, la del adulto que portea.
Beneficios del porteo ergonómico
- Previene plagiocefalias posturales
- Protege el desarrollo de la espalda y cadera
- Aumento de autonomía y movilidad
Portear de forma ergonómica y segura
- Postura idealmente vertical, para mantener las rodillas separadas.
- Para una correcta posición entre espalda y caderas, ésta debe de estar basculada hacia delante. Su espalda, todavía en formación debe tener una posición curva, la famosa C.
- La zona de la cadera a la rodilla (muslo) debe apoya sobre el portabebé, de forma más coloquial diremos que sus piernas y culete forman una M suave.
- El portabebé debe de quedar tenso, y dar apoyo a la espalda del bebé.
- En el caso de los recién nacidos o de los bebés dormidos, ha de fijarse un correcto soporte nucal: firme y suavemente sujeta contra el pecho del adulto.
- La barbilla debe de alzarse y separarse del esternón, para evitar riesgos de asfixia y la nariz debe tener espacio para que circule el aire, aunque el bebé ponga su cabeza contra el pecho del adulto. Estas recomendaciones son vitales para evitar el bloqueo de las vías respiratorias.
- La tripita, la zona abdominal del bebé, siempre en contacto con el adulto, así evitamos la flexión de la cabeza y minimizamos el riesgo de asfixia.
- La cara del bebé siempre visible, tenemos que poder ver nariz y boca, y así controlar la respiración del bebé: debe ser rítmica.
- Un beso de distancia. El bebé debe quedar a la altura correcta, la de un beso en la cabeza sin darle con la barbilla. El bebé nunca debe quedar por debajo de la región umbilical (del ombligo) del adulto.
- Es importante que el sistema se adapte al crecimiento del bebé (evolutiva) dando en cada etapa el soporte correcto.
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Un resumen muy básico de estas directrices puede ser:
Recordad siempre la regla nemoténica “Cuidalo Mucho”: La espalda en C y la cadera en M.